SIBANICÚ RECIBE A LA MAMBISA

SIBANICÚ RECIBE A LA MAMBISA

Sibanicú. Camagüey: febrero 3 (11.35 p.m)

Por: Vivian de la Caridad Andrés Gan

Amaneció hoy 3 de febrero un espléndido día. Dios quiere bendecir esta fecha, ya inolvidable para la historia de Sibanicú: la visita de nuestra Madre y Patrona, la Virgen Peregrina de la Caridad. En el templo un ajetreo que, al avanzar el día, se hizo más intenso, pues todos quisieron dar lo mejor de sí para enaltecer el acontecimiento.

Las expectativas en el pueblo aumentaron con el atardecer; la noche prometía el más bello acto de fe y devoción de este pueblo, que ama y venera a La Caridad del Cobre. La hora de la llegada de nuestra Madre suprema estaba fijada para las 8 de la noche, pero casi con dos horas de antelación el pueblo se iba reuniendo en espera de la augusta visitante.

Mientras más se acercaba la hora, una muchedumbre invadía las calles por las que debía transitar la imagen hacia el templo; entre tanto, nuestro padre Manolito daba los últimos toques con amor y tesón inagotable, mientras hacía esto, bocina en mano impartía una catequesis sobre el suceso. Ya cerca de la hora estaba preparada la procesión, que encabezaba una caballería de jinetes al estilo mambí, portando la bandera cubana y la del Vaticano. Inmediatamente detrás, le seguía una enorme bandera cubana sostenida por miembros de nuestra comunidad.  

A las 8 de la noche creció la expectación y pasado un minuto treinta segundos, el júbilo. Los aplausos invadieron las calles: nuestra querida madre de La Caridad hacía su entrada mostrando el más hermoso espectáculo de fe y devoción de este  pueblo a su querida Virgencita.Todos los pronósticos se rompieron: el pueblo, desbordado a ambos lados de las aceras, mostró su devoción con aplausos y lágrimas ante la bella imagen que se paseaba; y aunque el recorrido fue solo de dos cuadras, quedó en los corazones de todos los sibanicuenses.

El patio de la iglesia se convirtió en gran santuario,  presidido desde el altar, por la cruz, la Virgen y San Antonio, patrono de Sibanicú. La multitud que quedó en la calle resultó superior en número a la que se encontraba dentro del improvisado templo. El Himno Nacional, como una oración solemne a Dios por la Patria, resonó en los oídos y corazones de los presentes. La eucaristía fue presidida por Monseñor Juan García, arzobispo de Camagüey y concelebrada por el padre Alberto Reyes, párroco de Guáimaro y nuestro padre Manolo Puga. Doce voces del coro diocesano, bajo la dirección del padre Emilio Besa, s.j.   nos ayudaron a cantar solemnemente, como se lo merecen nuestro padre Dios y nuestra Madre de la Caridad. Para el final algo inesperado, una  hija de Sibanicú, residente en La Habana, y que viajó especialmente desde la capital para esta ocasión, le regaló una bella interpretación del Ave María para Cachita. Los Nuevos del Son, agrupación musical del municipio, interpretaron música tradicional cubana.

La presencia de la Virgen  Mambisa quedará  para siempre en la historia de nuestro pueblo. Terminada  la celebración, la Virgen Peregrina pasó al templo; a medida que ella avanzaba  una enorme multitud se fue abriendo paso para  realizar sus peticiones, además de  ofrecerle  flores y velas. La Virgen sonreía y sus hijos también.