Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

4 de marzo de 2011

Últimas horas en la Ciudad de las Iglesias

La Virgen se queda en Camagüey…

Por: Osvaldo Gallardo González

 

Camagüey: febrero 3 (2.00 p.m.)

6.00 a.m. La Catedral está abierta para despedir a la Madre. Llega Mons. Juan García, quien se ha ausentado durante tres días para reunirse con sus hermanos obispos en la capital. Él que no ha dejado a Cachita durante toda su visita, desde la entrada el 30 de enero por Guáimaro, tuvo que viajar a la reunión ordinaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y dejar la diócesis en las manos de la Virgen y sus sacerdotes. Ahora llega para los últimos minutos en la Catedral y la salida hacia San Juan de Dios.

6.30 a.m. Ya la Virgen está en la vía con la salida tímida del sol. Comienza el andar por la calle Cisneros, varias decenas de personas la acompañan con cantos y plegarias.

6.40 a.m. Minutos después son cientos, otros se asoman al balcón o salen a la puerta. Luego de la cruz y el incienso, acompañan a la Virgen niños y adolescentes que representan personajes históricos de la vida civil y eclesial del Camagüey: el Dr. Carlos Juan Finlay, descubridor del agente trasmisor de la fiebre amarilla; Gertrudis Gómez de Avellaneda, excelsa poetisa; el beato Olallo, Padre de los pobres; el cardenal Arteaga y Mons. Adolfo Rodríguez, primer arzobispo; junto a Ignacio Agramonte, el Mayor, y su querida esposa Amalia Simoni.

6. 55 a.m. Llega a San Juan de Dios, la casa del beato Olallo. La casa del hijo de la caridad, la casa del Padre de la caridad. La casa de los pobres que desconsolados por su pérdida aún ruegan por él, y le ruegan a él. María visita a uno de sus hijos predilectos.

7.30 a.m. La Virgen está dentro de la capilla adjunta al Hospital de la Orden de San Juan de Dios, hoy Centro Provincial del Patrimonio. La misa es presidida por el arzobispo y concelebrada por sacerdotes y diáconos. A ella se suceden oraciones, cantos, bendiciones de niños, ofrecimientos de velas, flores y ratos de oración.

11.30 a.m. El padre Osvaldo Cambra, capellán de san Juan de Dios, introduce la fiesta de despedida a la Virgen de la Caridad: "Nuestro propósito, alabar a Dios a través de una criatura humana, llena de gracia, plena de amor: María. María bajo el título hermoso de la caridad, que es servicio, entrega, comprensión, amabilidad, sacrificio, donación de sí, en una palabra: amor hecho realidad en cada acontecimiento… María de la Caridad inspiración constante de poetas y músicos que entonan en tu honor musas y trovas infinitas…". Vibra el pequeño e histórico templo con las voces de los fieles que dan testimonio de los poetas cubanos que celebraron a la Virgen: Martí, Ballagas, Guillén. Momento especial el protagonizado por el escritor Rafael Almanza, quien con visible emoción recita su texto "A Nuestra Señora de la Caridad", sin dudas desde ahora una de las creaciones más destacadas de las dedicadas a la Patrona. El conjunto de música campesina "Los Agramontinos" le pone música a la fiesta; las más bellas composiciones guajiras son bailadas y coreadas con verdadero entusiasmo por los citadinos de Camagüey. Momentos especiales, de lágrimas y sentimientos renovados de cubanía resultan las interpretaciones de "Por eso yo soy cubano", "Yo soy el punto cubano" y finalmente "Mi veneración", la pieza infaltable de Matamoros.

12.15 p.m. La fiesta para la guajira de Nazareth está por terminar. Un conmovido Padre Cambra le pide la bendición para Cuba y sus hijos; le pide fuerzas para el arzobispo, para que la siga hasta el final de su  recorrido camagüeyano. "La Virgen se queda en Camagüey", aclaman voces espontáneas. Comienza la salida del templo con un aplauso de los hijos. En la plaza son cientos los que la esperan, solo dos cuadras restan para llegar a la última parada prevista en el centro de la ciudad: el Hogar Padre Olallo, asilo para ancianos que atienden los hermanos de San Juan de Dios.

 

12.45 p.m. Ha llegado Cachita a la puerta del hogar de ancianos. Los trabajadores de servicios, el personal de salud y los ancianos han dispuesto la Bandera Cubana y del Vaticano para recibir a la Mambisa. Oraciones y la palabra del arzobispo que recuerda que la Madre con su amor es el mayor consuelo para los afligidos. La hermana Isabel invita a cantar esta tonadilla para decir adiós: Adiós con el corazón, que con el alma no puedo. / Al despedirme de ti, de sentimiento me muero. Las personas suben los brazos para decir adiós, no sé si todos tienen la misma conciencia, pero yo pienso que estamos viviendo un acontecimiento irrepetible, y recuerdo la expresión tantas veces escuchada a Mons. Adolfo: "Dicen que no son tristes las despedidas, dile a quien te lo dijo que se despida."

 

Camagüey dice adiós a su Madre, a la Madre de Cuba, otros hijos la esperan y Caridad va a su encuentro, pero ella se queda con nosotros. Esa es nuestra esperanza. Así sea.

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