Mi imagen de la Caridad
Desde hace doce años, el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret –fundado por los misioneros claretianos de Santiago de Cuba, con sede en la Parroquia La Santísima Trinidad–, ha convocado la realización de un Salón de Arte Religioso con carácter anual. Fruto de esta sostenida labor, la Galería de Arte San Antonio María Claret ha logrado atesorar un fondo de más de 40 obras que constituyen un rico patrimonio del propio Centro, de la diócesis, y de la ciudad de Santiago de Cuba. Patrimonio en verdad muy estimable, no solo desde el punto de vista de la difusión evangelizadora del mensaje cristiano a través del arte, sino también por su valor estético, por la diversidad de códigos y propuestas, por la contemporaneidad de los lenguajes, técnicas y materiales empleados por los artistas.
Un lugar destacadísimo ha ocupado la representación de la Virgen de la Caridad, gracias a dos convocatorias libradas especialmente para rendirle homenaje: el VI y el XII Salón Nacional de Arte Religioso. Pero nuestra patrona también ha estado presente en otros salones, pues los artistas encuentran en ella una fuente renovada y renovadora de inspiración. A través de esa imagen de nuestra querida madre se han reflejado los más variados mensajes, los más inesperados sentimientos y emociones. Personalmente dudo que otra advocación de la Virgen María haya generado tantas maneras diferentes de ser vista, sentida, representada y reconocida. Ocho piezas y un conjunto de bocetos integran la muestra que hoy se inaugura: un pequeño panorama que habla por sí solo. De 400 años de fe, con los colores desplegados en la rica gama del más depurado estilo “ingenuo” con que Luis el estudiante ha sabido atrapar la presencia de la Virgen en nuestra historia a la madurez estilística de Calé, con piezas como Sombra de fe y María II.
El estilo de Abel Rodríguez Martínez no deja de impresionar: este joven artista habanero nos presenta percepciones tan personales como modernas y hasta atrevidas en el mejor sentido. En la historia de los Salones de Arte Religioso, es el primero que tuvo la audacia de “humanizar” la imagen de la Virgen de la Caridad, inclinándola amorosamente hacia “los tres Juanes” multiplicados (La Patrona de Cuba). (Luis el estudiante, por cierto, también rompe el código tradicional cuando refleja a la Virgen-mamá, de perfil y con sandalias misioneras, levantando feliz a su Hijo). Los bocetos de Miguelón constituyen un ambicioso proyecto del fallecido artista, donde quedan registrados los hitos fundamentales de la presencia de la Caridad en nuestra historia.
De las artes aplicadas también hay notables exponentes: Un abanico para la Virgen y Nunca cierres los ojos a nosotros los cubanos son piezas que avalan la calidad, habilidad e imaginación de nuestros artesanos. Cada una tiene algo que decir. Ambas en su excelencia no dejarán de sorprender y complacer.
En ocasión del Año Jubilar Mariano por los 400 años de la presencia de la Virgen de la Caridad entre nosotros, nuestro amigo Osvaldo Gallardo González, Secretario Ejecutivo de la Sección para la Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, se ha empeñado en acoger en esta sede del Museo Arquidiocesano “Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera” esta muestra. Y a su invitación accedimos gustosos, porque para evangelizar y proclamar el mensaje de Cristo, a través de su bendita Madre en este caso, valen todos los medios. Y el arte es uno de ellos.
Mirtha Clavería Palacios
Santiago de Cuba, mayo de 2012
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