Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

15 de enero de 2011

La Virgen Peregrina visita al central Siboney

La Virgen Peregrina visita al central Siboney

Por: Gioberti Jiménez y Zoe Mayor


Siboney, Sibanicú. Camagüey: Febrero 5 (12.00m) La imagen peregrina de la virgen María de la Caridad retornó a las calles del poblado de Hatuey, para transitar de nuevo por el tramo de la carretera central que ocupa la ciudad de Sibanicú, y así continuar viaje hacia su nuevo periplo: el central Siboney, perteneciente a la arquidiócesis de Camagüey.

 

Durante el trayecto, las personas salían a todo correr de sus casas cuando sentían los cantos que se amplifican desde el auto que sigue a la "Madre amada", como rezaba en las pancartas que se divisaron durante la travesía. La procesión a pie se inició desde la entrada al poblado del ingenio, en la misma carretera central. Allí, los habitantes del batey La Norma caminaban detrás de la imagen que lucía su esplendor sobre el techo de la encargada de llevarla a cada rincón de la Isla. Se escucharon gritos de "Viva la Virgen de la Caridad", "Madre, te necesitamos en Siboney", y "Bienvenida, Madre amadísima". Los niños, jóvenes y adultos se unían en un abrazo de voces y aplausos para dar la bienvenida a la imagen hasta formar una gran muiltitud. Al pasar por el Hogar de Ancianos una breve parada para dar la bendición a los abuelos; Mons. Juan entró hasta las habitaciones y les entregó una estampita. En cada habitación, iluminaba la pared una imagen de Nuestra Señora.

 

Cerca de las diez de la mañana, la Madre de todos los cubanos llegaba a la plaza que se destacaba por sus ornamentos, justo delante de la puerta de entrada del central azucarero Siboney. En la llegada, se oyó la sirena del Siboney, como si él también diera la bienvenida a Cachita para el comienzo de la celebración, presidida, como las anteriores desde que llegara a la arquidiócesis principeña, por nuestro arzobispo, Mons. Juan García; junto a él, el padre Dariusz, sacerdote salesiano polaco que atiende la comunidad católica de Siboney, además del padre Cambra, quien despedía a la Virgen después de su salida de la comunidad de Hatuey.

 

Momento importante fue el que dirigió el padre "Darío", llamado así en nuestra diócesis, con emocionadas palabras, a los pobladores de Siboney sobre el sentido y la fuerza espiritual que encierra la visita de la Virgen. Al final, nuestro arzobispo impartió su bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Desde las diez de la mañana y durante casi cuatro horas de la tarde del sábado, la virgen peregrina permaneció en el central Siboney para obrar sus bendiciones a los niños, embarazadas, ancianos y a todo un pueblo que experimentó la caridad que une en el amor.

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