Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

9 de diciembre de 2012

Centenario de la diócesis de Camagüey

La Diócesis de Camagüey: cien años de servicio

El próximo 10 de diciembre la Iglesia Católica en Camagüey celebrará cien años de haber sido constituida diócesis por el papa Pío X; con esta institución, la Santa Sede reconocía en Camagüey una población significativa por sus estructuras eclesiales, por sus proporciones y, sobre todo, por la práctica de su fe cristiana, en la cual y desde la cual el Vaticano daba fe de que existía y actuaba la Santa Iglesia Católica. Su cuidado pastoral entonces requería la pericia y dignidad de un obispo, y su ciudad una catedral y un obispado.

Como la diócesis se identifica con un territorio específico, la provincia y ciudad agramontinas recibían además, con este nombramiento, una distinción que encumbraba a toda la sociedad civil.

Una primera aproximación a la historia de la “Ciudad de las iglesias” nos permite comprender que la creación de la diócesis camagüeyana fue un acontecimiento eclesial y civil que contó con importantes antecedentes. Existen evidencias históricas de que por primera vez a finales del siglo XVIII algunos eclesiásticos consideraron la necesidad de una diócesis en Puerto Príncipe.  Incluso un acta capitular de 1818 solicitaba se llevara a efecto la creación de la diócesis; lo cual es un claro signo de la conciencia patriótica desde el amor a la localidad vinculado a la fe y la búsqueda del progreso. Sin dudas, la vida de la Iglesia y su influencia en la sociedad ya eran notables.

Sin embargo, fue en el siglo XIX donde los camagüeyanos tuvieron como nunca antes la oportunidad de contemplar la obra de la Iglesia a través de insignes cristianos que marcaron para siempre la historia del Camagüey .Entre ellos destacan el Rvdo. P. Fray José de la Cruz Espí, conocido como el Padre Valencia, fraile de la orden de San Francisco, quien con su ingente obra en favor de los leprosos y los pobres proveyó a esta ciudad de un monumento a la caridad: el hospital de mujeres (hoy desaparecido); un monumento a la fe: la iglesia del Carmen; y un monumento a la esperanza: el convento de las Ursulinas (actual Oficina del Historiador de la Ciudad). Construyó además el leprosorio, la hospedería San Roque para acoger peregrinos y la iglesia de San Lázaro, además del puente sobre el arroyo “Las Jatas”, obras avaladas por el testimonio extraordinario de coherencia de vida pobre, entregada totalmente al servicio de los más necesitados. Una calle de esta ciudad lleva hoy su nombre, inmortalizando las intensas jornadas que recorría el fraile conduciendo enfermos de lepra hasta el hospicio que les había construido en las afueras de la villa. Junto al P. Valencia, el P. Olallo y el P. Felipe también fueron homenajeados por el pueblo principeño que puso sus nombres a calles de la ciudad armonizando con una constelación de santos, por los que todavía hoy los camagüeyanos nombramos las calles y plazas de nuestra localidad.

Otro religioso cuya huella marcó para siempre nuestra historia fue Fray José Olallo Valdés, hermano de la orden hospitalaria de San Juan de Dios. Primer cubano a quien la Iglesia Universal reconoció como Beato por su obra caritativa en favor de los enfermos, a quienes sirvió heroicamente, arriesgándose en medio de epidemias de cólera morbo. Como Valencia, Olallo movido por la misma misión de la Iglesia, socorrió leprosos, niños enfermos y sin escuelas, ancianos abandonados y esclavos,  y  defendió  el derecho de todos a recibir la mejor atención sanitaria, sin importar su procedencia o condición social.

La conocida como Plaza del Cristo aún conserva el nombre del P. Gonfaus de quien atesora un monumento; cura párroco de la iglesia que la preside, gran misionero, comprometido con la causa independentista proporcionó medicinas, alimentos, e informaciones a las tropas insurrectas. Tal fue su labor, que quiso el pueblo reconocerla otorgándole el grado de capitán del ejército libertador y una pensión como veterano, pero por modestia rehusó a ambos. Fue electo concejal del Ayuntamiento en las primeras elecciones de 1900.

Entre los hijos insignes de la iglesia camagüeyana en el XIX, es imposible obviar a los fieles católicos Ignacio Agramonte y Amalia Simoni, quienes sellaron su amor en matrimonio cristiano frente al altar de Ntra. Sra. de la Soledad. Amor cuya fidelidad juraron había de ser como la de Cristo a su Iglesia y así cumplieron, estableciendo una familia ejemplarísima. El amor de Ignacio y Amalia quedó testimoniado en un epistolario que sigue siendo hoy de necesaria inspiración para una sociedad en la que urge salvar la institución familiar.

Muchos fueron los católicos que dieron lustre a la iglesia y sociedad del Camagüey decimonónico, personalidades de la talla del doctor Carlos Juan Finlay, fiel de la parroquial mayor, y Gertrudis Gómez de Avellaneda y Arteaga, gloria de la poesía romántica, quien legó un devocionario de honda espiritualidad y valor literario.

Fueron ellos y otros muchos quienes predicaron el Evangelio de Jesucristo con palabras y con el lenguaje cristiano de las obras de misericordia: instruir, aconsejar, consolar, confortar, dar de comer, dar vestido, acoger al que está sin techo, visitar y asistir enfermos y presos, enterrar dignamente a los muertos. Obras por las que la Iglesia y la sociedad prepararon sin presentirlo la realidad de una Iglesia que merecía ya la dignidad de diócesis.

Testigos colosales de la presencia activa de la Iglesia lo constituyen el magnífico sistema de templos: joyas de la arquitectura y de la  historia que todavía impactan al visitante que se adentra en las calles de la “Ciudad de los tinajones”: La Mayor, hoy Catedral Metropolitana; La Soledad; La Merced, con su hermoso convento; Santa Ana; El Cristo del Buen Viaje; San Juan de Dios, con su hospital; El Carmen, antaño con su hospital y su convento; San Francisco, sustituida hoy por el Sagrado Corazón; la Caridad; monumentos que junto a las plazas y el singular trazado de las calles hicieron a parte de nuestro centro histórico merecedor del título de Patrimonio de la Humanidad.

Esta ciudad no ostenta grandes palacios residenciales, pues la fortuna de los patricios camagüeyanos se dedicó fundamentalmente a la edificación de monumentos a la fe y centros católicos para la educación y la asistencia social. Aquí resplandece, junto a otros, el ejemplo de la Srta. Dolores Betancourt y Agramonte. Además de preocuparse por la asistencia a los más necesitados, ayudó a construir la casa conventual, iglesia del Sagrado Corazón y colegio escolapio,  que a pesar del tiempo y el deterioro todavía se levantan imponentes en nuestra ciudad. Muchas otras iglesias de Camagüey se vieron beneficiadas por la caridad de Dolores, quien inconforme con lo que pudo hacer en vida dejó grandes sumas de dinero en su testamento a favor de construir iglesias como la de San José en la Vigía, reparar otras y dar educación a los más pobres.

Llegado el siglo XX y superadas las limitaciones que supuso el patronato regio para la obra de la Iglesia, el Papa San Pio X, por medio de la bula Quae catholicae religioni creó las diócesis de Camagüey y Matanzas, haciendo coincidir los límites con los de las provincias civiles del mismo nombre. Tal designación constituyó un reconocimiento, como hemos señalado, pero también un estímulo a la vieja Iglesia de joven obispado que en la primera mitad del recién estrenado siglo se aplicaría a proseguir e incrementar la obra de sus antecesores.

Durante el siglo XX, la Iglesia en Cuba tuvo la ocasión de superar los moldes españoles impuestos en la época colonial y encarnarse cada vez más en la sociedad y cultura cubanas. Después de las desamortizaciones del XIX en que el régimen español expulsó las órdenes religiosas de sus territorios, se hacía sentir con más fuerza  la obra de monjas y hermano, sobre todo en los campos de la educación con la fundación de colegios e institutos. También en el terreno asistencial con orfanatos, hogares de ancianos, hospitales y dispensarios.

El principio de encarnación, esencial al cristianismo, supone que los contenidos inmutables de la fe y misión de la Iglesia han de adoptar los modos propios de cada cultura y a través de ellos expresarse y transformar la realidad. De este modo, la Iglesia se compromete con la historia de los pueblos, y Camagüey no fue la excepción. Aunque fueron muchos los católicos que se pusieron de parte de los más humildes para asistirlos en sus necesidades y defender sus derechos, de un modo singular resplandeció la figura del Padre Amaro, párroco de Nuevitas, a quien su pueblo le dedicó una tarja que habla por sí sola: Monseñor Amaro Rodríguez Sanromán, Hijo Adoptivo de la  Ciudad, por acuerdo de nuestro Ayuntamiento, siendo tan ejemplar su brillante ejecutoria como pastor de almas y como ciudadano que en todo movimiento cívico y de progreso de la ciudad está escrito su nombre con letras de oro. Impulsor de la carretera Camagüey-Nuevitas, y de nuestro Acueducto. Paladín enérgico y cristiano de los trabajadores y de las clases humildes. Los padres especialmente, llevan todos en su corazón al “Padre Amaro”. Como testimonio de cariñoso afecto, y como emulación a sus sucesores y a todos los ciudadanos, sus feligreses y el pueblo todo de Nuevitas erige esta sencilla tarja para perpetuar el recuerdo del virtuoso Sacerdote que al marcharse no quiso aceptar ningún homenaje público”. Imitemos las virtudes del “Padre Amaro”.

La expansión de la Iglesia hacia el interior de la provincia fue obra de la recién erigida diócesis, que se aplicó a la fundación de parroquias y capillas, muchas con colegios y dispensarios. Particularmente las décadas del treinta y cuarenta fueron muy prolíferas en construcciones: la capilla provisional de Elia, junto a Baraguá, Gaspar, Piedrecitas, Falla, Chambas, Vertientes, Lugareño, Céspedes, Algodones, El Francisco, Macareño, Hatuey, Galvis, Ranchuelo, Punta Alegre, Violetas, las cinco capillas de Nuevitas debidas a la labor de Mons. Amaro, Alta Gracia, capilla provisional de Cascorro, Sibanicú, Velazco y Florat entre otras, que serían levantadas en la siguiente década.

Celebrar estos cien años nos hace volver la mirada hacia los pastores que a su cargo tuvieron el cuidado de esta porción del pueblo cubano. Fue el primero de ellos el carmelita descalzo Fray Valentín Zubizarreta y Unamunsaga, extraordinario pastor en los inicios de esta diócesis, hasta su traslado a Cienfuegos en 1922. La sede vacante fue ocupada por Mons. Enrique Pérez Serantes, infatigable misionero que recorrió cada rincón de la diócesis, dejando por todas partes anécdotas de su entrega como buen pastor. En el año 1949, le sucede  Mons. Carlos Ríu Anglés, quien impulsó los colegios parroquiales. En 1961, debido a su prolongada ausencia por razones de enfermedad, la Santa Sede nombra al P. Adolfo Rodríguez Herrera, Vicario General y Gobernador Eclesiástico. El 16 de julio de 1963 es consagrado obispo, para ser el primer cubano y camagüeyano en ocupar esta sede episcopal. Su misión de pastor se prolongó por cuarenta años, en los que su honda espiritualidad y sabiduría le valieron para levantar una Iglesia que había quedado diezmada en la nueva situación político-social. En enero de 1998, recibe en Camagüey al papa Juan Pablo II, visita que preparó con una histórica misión diocesana impulsada por laicos, a la cual él mismo calificó como la tercera etapa de la evangelización en Cuba: “los cubanos evangelizando a los cubanos”. Cuando en diciembre del mismo año, el Papa declaraba a Camagüey  como Arquidiócesis y a Mons. Adolfo como su primer arzobispo, reconocía los frutos que a lo largo de su historia la diócesis había producido, y bendecía la obra de su pastor.

El 24 de agosto de 2002 tras la dimisión canónica de Mons. Adolfo, toma posesión el actual arzobispo, Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez.

Al celebrar los primeros cien años de la diócesis de Camagüey, nos reconocemos herederos de esta tradición y nos sentimos orgullosos de continuar la misión evangelizadora y humanitaria de la Iglesia. Cuando la Iglesia hoy asiste al enfermo, consuela al preso, da esperanza a quienes la han perdido, defiende el derecho a la vida, promueve y educa en valores esenciales al ser humano, no hace sino cumplir la misión que le es intrínseca e imprescindible en cualquier sociedad y realidad cultural.

 

P. Rolando Gibert Monte de Oca Valero

Lic. Osvaldo Gallardo González

 

 

 

27 de mayo de 2012

Cartel Expo

Exposición sobre la Caridad en el Museo Arquidiocesano

Mi imagen de la Caridad

 

Desde hace doce años, el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret –fundado por los misioneros claretianos de Santiago de Cuba, con sede en la Parroquia La Santísima Trinidad–, ha convocado la realización de un Salón de Arte Religioso con carácter anual. Fruto de esta sostenida labor, la Galería de Arte San Antonio María Claret ha logrado atesorar un  fondo de más de 40 obras que constituyen un rico patrimonio del propio Centro, de la diócesis, y de la ciudad de Santiago de Cuba. Patrimonio en verdad muy estimable, no solo desde el punto de vista de la difusión evangelizadora del mensaje cristiano a través del arte, sino también por su valor estético, por la diversidad de códigos y propuestas, por la contemporaneidad de los lenguajes, técnicas y materiales  empleados por los artistas.

Un lugar destacadísimo ha ocupado la representación de la Virgen de la Caridad, gracias a dos convocatorias libradas especialmente para rendirle homenaje: el VI y el XII Salón Nacional de Arte Religioso. Pero nuestra patrona también ha estado presente en otros salones, pues los artistas encuentran en ella una fuente renovada y renovadora de inspiración. A través de esa imagen de nuestra querida madre se han  reflejado los más variados mensajes, los más inesperados sentimientos y emociones. Personalmente dudo que otra advocación de la Virgen María haya generado tantas maneras diferentes de ser vista, sentida, representada y reconocida. Ocho piezas y un conjunto de bocetos integran la muestra que hoy se inaugura: un pequeño panorama que habla por sí solo. De 400 años de fe, con los colores desplegados en la rica gama del más depurado estilo “ingenuo”  con que Luis el estudiante ha sabido atrapar la presencia de la Virgen en nuestra historia a la madurez estilística de Calé, con piezas como Sombra de fe y María II.

El estilo de Abel Rodríguez Martínez no deja de impresionar: este joven artista habanero nos presenta percepciones tan personales como modernas y hasta atrevidas en el mejor sentido. En la historia de los Salones de Arte Religioso, es el primero que tuvo la audacia de “humanizar” la imagen de la Virgen de la Caridad, inclinándola amorosamente  hacia “los tres Juanes” multiplicados (La Patrona de Cuba). (Luis el estudiante, por cierto, también rompe el código tradicional cuando refleja a la Virgen-mamá, de perfil y con sandalias misioneras,  levantando feliz a su Hijo). Los bocetos de Miguelón constituyen un ambicioso proyecto del fallecido artista, donde quedan registrados los hitos fundamentales de la presencia de la Caridad en  nuestra historia.

De las artes aplicadas también hay notables exponentes: Un abanico para la Virgen y Nunca cierres los ojos a nosotros los cubanos  son piezas que avalan la calidad, habilidad e imaginación de nuestros artesanos. Cada una tiene algo que decir. Ambas en su excelencia no dejarán de sorprender y complacer.

En ocasión del Año Jubilar Mariano por los 400 años de la presencia de la Virgen de la Caridad entre nosotros, nuestro amigo Osvaldo Gallardo González, Secretario Ejecutivo de la Sección para la Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, se ha empeñado en acoger en esta sede del Museo Arquidiocesano “Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera” esta muestra. Y a su invitación accedimos gustosos, porque para evangelizar y proclamar el mensaje de Cristo, a través de su bendita Madre en este caso, valen todos los medios. Y el arte es uno de ellos.

 

Mirtha Clavería Palacios

Santiago de Cuba, mayo de 2012

 

 

 

10 de mayo de 2012

MONSEÑOR ADOLFO RODRÍGUEZ HERRERA

                                 9 DE MAYO DEL 2003

                                                       9 DE MAYO DEL 2012

 

Dibujar la silueta de Dios en el arduo caminar de una vida; Acampar donde el tiempo transcurre, vivir los días que se multiplican; Soñar enamorados de la dulce historia, que canta, que baila; Correr tras las huellas lejanas; Alcanzar las metas trazadas; Amar lo imposible, aun cuando es vano el intento; Saborear las delicias de un yo, que entreteje un tú, un nosotros; Escuchar el susurro del ángel, cuando todos hablan; Compartir al lado de aquellos que vagan, que avanzan…Aprender a confiar porque es bueno, fue tu lema, tu esperanza; Depositar tu mirada en aquel, que te amó, que te ama; Recibir bendiciones bonitas y donarlas; Confiar, confiar al buen Dios tu existencia, sirviendo desde la nada; Convertir aquel barro empedrado, en fina pieza de lana; Desgastar tu vida en la tierra y entregarla al cielo eterno, entregarla.

Gracias, solo gracias, Pastor cercano y amigo sencillo de tu rebaño; Gracias por la cálida dulzura, brindada desde tu alma…Gracias porque en ti, fue posible ver al Dios que te acompaña; Gracias porque todavía vives, te haces presente, nos abrazas; en la sonrisa de un niño, en el anciano que hallabas…Tu pueblo, aquí reunido, te quiere y de ti habla; Gracias por ser tú la luz, que brilla y brillarás…Gracias porque siempre estarás, guiándonos  con Jesús.

                                        Hasta pronto, hasta el cielo…Mons. Adolfo

 

9 de abril de 2012

¡CRISTO HA RESUCITADO!

VERDADERAMENTE HA RESUCITADO

 

Estarás en condiciones de reconocer que tu espíritu ha resucitado plenamente en Cristo si puede decir con íntima convicción. “¡Si Jesús vive, eso me basta!”. Estas palabras expresan de verdad una adhesión profunda y digna de los amigos de Jesús. Cuán puro es el afecto que puede decir: “¡Si Jesús vive, eso me basta!”. Si él vive, vivo yo, porque mi alma está suspendida de él; más aún, él es mi vida y todo aquello de lo que tengo necesidad. ¿Qué puede faltarme, en efecto, si Jesús vive? Aun cuando me faltara todo, no me importa, con tal que viva Jesús… Incluso si a él le complaciera que yo me faltara a mí mismo, me basta con que él viva, con tal que sea para él mismo. Sólo cuando el amor de Cristo absorba de este modo tan total el corazón del hombre, hasta el punto de que se abandone y se olvide de sí mismo y sólo se muestre sensible a Jesucristo y a todo lo relacionado con él, sólo entonces será perfecta en él la caridad (Guerrico de Igny, Sermo in Pascha, I, 5).

 

31 de marzo de 2012

 

 

 

 

BENEDICTO XVI EN SANTIAGO DE CUBA

 

PADRE PACHECO-FIDELIDAD Y SERVICIO A LA IGLESIA

   1 DE ABRIL DE 1986

*** VEINTISEIS AÑOS DE FIDELIDAD***

*** PADRE, ERNESTO PACHECO ***

Como brisa suave, tierna y delicada, hace hoy veintiséis años, la mirada del buen Dios se dirigió sobre la inocencia de una vida joven… en la que se deleitó como creador auténtico, y conociendo así  la obra de sus manos, la modeló como arcilla preciosa y la escogió para sí.

El Dios de la sencillez, el Dios enamorado, el Dios dueño del trinar de las aves, de las lindas cascadas que arrullan, de los cálidos colores que brotan del gran arcoíris, el Dios buen Pastor que te mostró su Evangelio como proyecto…se alegra hoy, se siente feliz; porque en quien se fijó, le ha sido fiel, le ha sabido entregar toda su vida, entretejiendo  su ser y hacer al servicio desinteresado en la vida de la Iglesia…el Dios que se regocija, por tu fidelidad, canta, celebra, y nosotros también nos unimos para dar gracias, por lo que ha sido usted (Sacerdote de Cristo) en estos veintiséis años, donde sin perder la esencia, renueva día tras día el amor primero.

Gracias por decir SI, al Dios que seduce corazones; Gracias por enseñarnos a caminar de la mano con un Jesús que vive entre la gente sencilla; Gracias por ser Pastor en medio de tu pueblo; Gracias por responder a un llamado proveniente del Dios de la vida; Gracias porque también tu mirada permanece en la mirada del Dios que te envía, que te fortalece y que no cesa de recordarte en tu diario vivir, cuanto te ama...y es desde ahí, donde florece en tu persona, tu ser atento y servicial que te caracteriza.

Que el Dios que te creó, que pensó en ti, que tocó a tu puerta, te bendiga hoy; que el Jesús que enamoró tu vida y te llamó a estar con Él, te colme de su Gracia para que siempre seas instrumento en sus manos; que el Espíritu Santo dirija cada paso de tu arduo caminar, para que con su luz, seas luz en medio de las naciones; y que María, te cubra una vez más, con su manto de Madre solícita, atenta a las necesidades de sus hijos.

FELICIDADES

 

16 de marzo de 2012

Carta a los fieles camagüeyanos con motivo de la visita del Papa

                                               

                                      

                                     Camagüey, 18 de marzo de 2012

 

 

Queridos hijos e hijas:

Durante muchos días hemos rezado esta oración:

 

Gracias, Dios Padre, por enviarnos a Benedicto XVI,

sucesor de Pedro, Pastor Universal

y ahora peregrino ante la Virgen de la Caridad.

Envíanos tu Espíritu para comprender el mensaje del Papa

que Él nos anunciará en nombre de Jesucristo. Amén.

El Padre de todos los católicos viene a confirmar la fe de quienes participan en misa todos los domingos, confiesan y comulgan, anuncian el evangelio con obras y palabras y enseñan el catecismo.

El hijo mayor de la Virgen en esta tierra nos visita para rezar y arrodillarse delante de la Madre de todos los cubanos y con este gesto confirma la fe de tantos cubanos quienes desde hace 400 años traen flores y velas a la Virgen, se postran ante Ella y le ruegan por la familia y por las necesidades materiales, humanas y espirituales.

El Peregrino de la Caridad estará presente para confirmar las obras de misericordia de quienes visitan y cuidan enfermos, dan de comer al hambriento y de beber al sediento, acogen y hospedan al visitante, visten al desnudo, auxilian al preso y acompañan a los que lloran la muerte de sus seres queridos.

El Gran Maestro llega para confirmar en la esperanza a quienes enseñan al que no sabe, aconsejan al que lo necesita, llaman la atención cariñosamente al que se equivoca, perdonan las ofensas como Cristo y la Virgen consuelan al triste, comprenden las limitaciones del prójimo y rezan por los difuntos.

El Santo Padre estará al lado de los novios, felicitará su virginidad, aplaudirá el matrimonio natural, fiel y fecundo y bendecirá los frutos benditos de las embarazadas.

Benedicto XVI rogará a la Virgen en su Santuario de El Cobre por los jóvenes indecisos ante la llamada de El Señor a la vida de sacerdotes, diáconos, hermanos y monjas para que digan sí a lo que Cristo y el pueblo les piden.

El 264 Sucesor de Pedro confirmará a su iglesia en sus últimos grandes empeños: construir templos, atender a los presos, anunciar el evangelio a través de radio, televisión y prensa, y así continuar mejor su misión cultural, evangelizadora, educativa y caritativa.

El Pastor Universal quiere enseñarnos el Camino, la Verdad y la Vida y así lograr que la caridad una a todos los cubanos y nos tratemos como lo que somos, hijos de Dios, hijos de la Virgen y hermanos.

No dejes de verlo el 26, 27 y 28 de marzo, escucharlo, meditar sus mensajes, vivirlos y comunicarlos.

La Virgen de la Caridad nos ayude en este gran momento del Espíritu Santo.

Con la bendición de El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo,

                                                            +Juan García Rodríguez

                                                            Arzobispo de Camagüey

 

3 de marzo de 2012

ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE EL PAPA

1.- ¿Cuál es el nombre completo del Papa Benedicto XVI?

2.- ¿Cuándo y dónde nació?

3.- ¿Cuándo fue ordenado sacerdote, quién lo ordenó y a quién más ordenaron ese día?

4.- ¿Cuándo es consagrado obispo?

5.- ¿Cuándo lo nombraron cardenal?

6.- ¿Cuándo fue elegido sucesor de Pedro?

7.- ¿Qué países ha visitado?

8.- De lo que ha leído del Papa Benedicto XVI ¿qué frase le ha llamado más la atención? Coméntela

9.- Escríbale una carta al Papa

10.- ¿Qué espera usted de la visita del Papa?

 

2 de marzo de 2012

Recibimiento de Benedicto XVI, Papa, peregrino de la Caridad.

 

DÍA 15:   ADORACIÓN EUCARÍSTICA.

(Salmo 127)

 

El culto que se da a la Eucaristía fuera de la misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración del Sacrificio eucarístico. La presencia de Cristo bajo las sagradas especies que se conservan después de la misa –presencia que dura mientras subsistan las especies del pan y del vino-, deriva de la celebración del sacrificio y tiende a la comunión sacramental y espiritual. Corresponde a los pastores animar, incluso con el testimonio personal, el culto eucarístico, particularmente la exposición del santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies eucarísticas.

Es hermoso estar con él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo predilecto (Cfr Jn 13. 25), palpar el amor infinito de su corazón. Si el cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el “arte de la oración”, ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar largos ratos en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en actitud de amor, ante Cristo presente en el santísimo Sacramento? ¡Cuántas veces, mis queridos hermanos y hermanas, he hecho esta experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo!

Numerosos santos nos han dado ejemplo de esta práctica, alabada y recomendada repetidamente por el Magisterio. De manera particular se distinguió por ella san Alfonso María de Ligorio, que escribió: “Entre todas las devociones, ésta de adorar a Jesús sacramentado es la primera, después de los sacramentos, la más apreciada por Dios y la más útil para nosotros”. La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia. Una comunidad cristiana que quiera ser más capaz de contemplar el rostro de Cristo, en el espíritu que he sugerido en las cartas apostólicas Novo Millennio ineunte y Rosarium Virginis Mariae, ha de desarrollar también este aspecto del culto eucarístico, en el que se prolongan y multiplican los frutos de la comunión del cuerpo y la sangre del Señor. (Ecclesia de Eucharistia, 25)

DÍA 16:          AYUNO

(Salmo 51)

 

“El ayuno es la muerte de los vicios, la vida de las virtudes. El ayuno es paz para el cuerpo, belleza de los miembros, adorno de la vida. El ayuno es fuerza para la mente, vigor para las almas. El ayuno es fortaleza de la caridad, piedra del pudor, ciudadela del magisterio, disciplina de las disciplinas. El ayuno es viático saludable para quien camina con la Iglesia. El ayuno, la primera invitación para la milicia cristiana. En todas estas virtudes el ayuno vigoriza, vence, triunfa, cuando combate a las órdenes de la misericordia. Misericordia y piedad son las alas del ayuno; son ellas las que lo levantan y lo llevan hasta el cielo; sin ellas vuelve a caer por tierra”.  (S. Pedro Crisólogo, Sermones, 8)

 

DÍA 17:        MISIÓN DE CARIDAD

(Salmo119)

 

La caridad cristiana es el amor expresado o manifestado con hechos concretos, con obras. Y éstas son, entre otras muchas, las obras que nuestra madre la Iglesia, nos invita a practicar muy especialmente en esta Cuaresma y Semana Santa y que llamamos  OBRAS DE MISERICORDIA:

 

Corporales

1.       Visitar y cuidar a los enfermos.

2.       Dar de comer al hambriento.

3.       Dar de beber al sediento.

4.       Dar acogida y hospedaje al peregrino.

5.       Vestir al desnudo.

6.       Auxiliar al preso.

7.       Acompañar a los que lloran la muerte de sus familiares queridos.

 

Espirituales

1.       Enseñar al que no sabe.

2.       Dar buen consejo al que lo necesita.

3.       Corregir al que se equivoca.

4.       Perdonar las ofensas.

5.       Consolar al triste.

6.       Aceptar y comprender a los demás con cariño.

7.       Rogar a Dios por vivos y difuntos.

 

 

Si deseas, marca una cruz en estas obras de misericordia cada vez que las practiques y entrega esta hojita en la misa del Jueves Santo.

 

22 de febrero de 2012

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012

 

 

Misa de Institución de la Parroquia de Elia-Sábado 18 de febrero de 2012