Dios Padre,
Creador del mar y del río,
gracias por la maravilla del agua,
por el frescor y la limpieza que nos da,
por la fertilización de la tierra, por la sed que calma
y por los innumerables servicios que presta
a las personas, animales, aves y peces.
Te pedimos perdón por las veces
que hemos contaminado el mar, el río y el manto freático;
por el despilfarro, por la negligencia
en el arreglo de los salideros
y por la tala indiscriminada de los árboles.
Señor Jesucristo,
que navegaste y caminaste por el lago de Galilea
y te bautizaste en el río Jordán
y convertiste el agua en fuente de salvación
mediante el bautismo;
como en otro tiempo diste órdenes al viento y al mar,
manda ahora agua suficiente
para la vida humana y cristiana;
también enséñanos a compartir el agua con quienes tienen sed
como tú en el pozo de Jacob y en la cruz,
para escuchar, al final de la vida, tu misma voz:
“Ven, bendito de mi Padre, porque tuve sed
y me diste de beber”.
Espíritu Santo,
que te movías sobre el agua en el origen del mundo
y has hecho incontables maravillas mediante el agua,
haz presente tu acción con la lluvia suficiente y abundante
que tanto te implora Camagüey y riega la tierra en sequía.
Santa María de la Caridad,
que en tu casa de Nazaret serviste tanta agua
a San José y a tu Hijo Jesucristo,
y que quisiste hacerte presente en la Bahía de Nipe
hace casi 400 años,
ruega ahora para todas las madres y esposas,
el agua que tanto necesitan en los hogares,
mientras vamos al encuentro del agua viva, Jesucristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario