Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

3 de marzo de 2011

Nunca es tarde si se nombra Caridad

La Mascota crece y se nombra con la Peregrina

por: Edilsa Pupo Pérez

 

Camagüey: febrero 28 (7.30 p.m.) Desde hace trece años florece, en la calle Pozo No. 11, entre Central y B, Reparto la Mascota, una pequeña comunidad cristiana. En sus inicios, cada año, se realizó la novena a la Virgen de la Caridad. Para reafirmarla como patrona de esta casa de oración, en la morada de Rosa Amaro, llega en su peregrinar por Camagüey, la imagen de la Virgen de al Caridad, la madre de todos los cubanos.

En su corta pero fructífera estancia, se hizo derroche de cristiandad. Los niños de la catequesis fueron los principales protagonistas, portando rosarios y espigas de azucenas,  abriéndole paso a la imagen de la Virgen de la Caridad, dentro de los que se encontraba un pequeñín vestido de mambísito, la cruz  protagonista de la primera misa en este lugar, dos velas encendida representando la luz de Cristo, un niño vestido de mambi, otra de criolla, una regando pétalos de flores blancas y  nuestra enseña nacional encabezaron la procesión, seguida por monjas, sacerdotes, diáconos seminaristas, miembros de la comunidad y el pueblo reunido en el lugar para saludar y venerar a la madre de Jesús.

El padre Carlos Juan  tuvo a su cargo las palabras de bienvenida, quien presentó a los participantes la imagen de la peregrina. Después bendijo las flores y las velas que se le presentarían a nuestra madre del cielo; los niños ofrecieron a la Virgen las flores de azucena que portaban en sus manos durante la procesión. El diacono Manuel de la Torre, junto al coro de la capilla del Sagrado Corazón del Modelo, animaron la celebración. En alocución grabada, Monseñor Juan García, se dirigió al pueblo presente con palabras de regocijo y aliento, diciéndonos que la Virgen está contenta al estar el pueblo alegre con su visita.

Las hermanas salesianas, sor Hilda C. Bastida Pérez y sor Rosa A. Rodríguez Rodríguez, dirigieron el rosario que fue escenificado por los niños y rezado por todos los presentes. Mujeres embarazadas, enfermos, niños, ancianos y todo el que así lo quiso, recibieron la bendición y la imposición de manos de parte de los padres jesuitas, y sacerdotes diocesanos como los padres Osvaldo Cambra, José Sarduy, Andy  Vidal  y los diáconos Manuel de la torre y Alvio Reyes Dorta. En lugar dedicado para ello, muchas  personas pagaron sus promesas hechas a la Virgen y dieron su ofrenda para la Iglesia. Con emoción ofrecían flores, cantaban y veneraban  a la Virgen. 

En el momento de la despedida, el padre Carlos Juan anunció el regalo de dedicar el nombre de La Caridad a esta comunidad de la Mascota, terminando sus palabras con la bendición. Con aplausos, lagrimas y vítores a María fue recibida tan agradable noticia. Al terminar la celebración, la mambisa se dirigió a la comunidad de Santa Ana, y nos dejó el regalo de su nombre y de su amor.

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