Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

26 de marzo de 2011

Homilía del Arzobispo en la Ordenación Sacerdotal de Julio Antonio Perozo García

Queridos hijos e hijas, querido diácono Julio Antonio:

 

Alégrate, Nuevitas, alégrate, Julio Antonio. El mismo saludo del ángel a María lo da a ustedes. La salvación, anunciada después del pecado de los primeros hombres de la humanidad y que comenzó a hacerse realidad en el seno virginal de María, se hace presente hoy en esta iglesia y ciudad con esta ordenación sacerdotal.

Nuevitas es hoy Nazaret de Galilea.

 

La gracia plena que recibió la Virgen María un día como hoy también cubrirá al diácono Julio Antonio de manera sacerdotal. Gracias, Dios Padre, por pensar, crear y elegir a Julio Antonio y gracias a él por decir: ¡Aquí estoy para hacer tu voluntad¡

 

No temas, dijo el ángel a la Virgen. No temas, querido hijo ante la grandeza que te viene encima y la extraordinaria misión a cumplir. No tengas miedo porque has encontrado fuerza, aliento y gracia en Dios para vivir y realizar tu nueva vida sacerdotal. Cuenta también con tu familia, tu Iglesia, tus amigos y personas de buena voluntad. Todos estamos dispuestos a ayudarte.

 

Tu esposa, Melba, cantaba tan graciosamente que Dios quiso oírla en el cielo. A Dios le gusta que sus hijos canten bien y a los que cantan bien desea tenerlos junto a Él. Nuestros cantos son anticipo del cielo. Melba te regaló cuatro hijos. Ahora tendrás con el sacerdocio una mayor vitalidad y concebirás innumerables hijos espirituales a quienes darás vida en el bautismo, alimentarás en la eucaristía, rectificarás el rumbo equivocado en la confesión, fortalecerás en la enfermedad y unirás en santo matrimonio natural, sacramental, fiel y fecundo y los apoyarás con una intensa y larga oración. Los niños, las embarazadas, los enfermos, los jóvenes, los catecúmenos que bendijiste en medio de la visita de la Virgen peregrina y mambisa son también hijos tuyos.

 

El Espíritu Santo descenderá sobre ti y la fuerza del altísimo hablará por ti para enseñar lo que crees, te fortalecerá para practicar lo que enseñas y así edificar la Iglesia de Dios. No eres tú, es el Espíritu de Dios.

 

Ante las dudas, miedos, dificultades no te asustes porque para Dios no hay nada imposible. Para nosotros casi todo es imposible pero para Dios es posible vencer la muerte y convertirla en vida, borrar el pecado y santificar al pecador, salvar a aquellos que nunca imaginamos como cristianos, hijos y hermanos.

 

Te será muy fácil ser sacerdote, Julio Antonio. Solo léete la tarja de bronce que hay en el parque Salvador Cisneros que todo nuevitero debería saberse de memoria:

 

“Honrar, honra”

“Desde el 1ro. de Octubre de 1930, hasta el 15 de Junio de 1957, estuvo en la Parroquia de Nuevitas al cargo del Meritísimo Sacerdote Monseñor Amaro Rodríguez Sanromán, Hijo Adoptivo de la Ciudad, por acuerdo de nuestro Ayuntamiento, siendo tan ejemplar su brillante ejecutoria como pastor de almas y como ciudadano que en todo movimiento cívico y de progreso de la ciudad está escrito su nombre con letras de oro. Impulsor de la carretera Camagüey-Nuevitas, y de nuestro Acueducto. Paladín enérgico y cristiano de los trabajadores y de las clases humildes. Los padres, especialmente, llevan todo en su corazón al “Padre Amaro”.

Como testimonio de cariñoso afecto, y como emulación a sus sucesores y a todos los ciudadanos, sus feligreses y el pueblo todo de Nuevitas erige esta sencilla tarja para perpetuar el recuerdo del virtuoso Sacerdote que al marcharse no quiso aceptar ningún homenaje público”.

Imitemos las virtudes del “Padre Amaro”.

 

Imita al misionero que lo dejó todo en España para estar aquí.

Imita su oración de noches enteras solo o con los adoradores nocturnos.

Imita su celo de enseñar en más de veinte centros catequísticos y en ocasiones por la radio.

Imita al constructor de más de 20 capillas entre las cuales están: San Juan Evangelista en Pastelillo, Santa Teresita en la esquina de Angel Gutiérrez y Calixto García, la Inmaculada Concepción de Puerto Tarafa, San Pedro en el número uno, San Jacinto, San Francisco de Asís, San Miguel, Santa Lucía, California, el Alzao, Nuestra Señora de Guadalupe al fondo del antiguo cuartel de la guardia rural.

Imita su pasión por la felicidad del pueblo y la defensa de sus derechos desde el seno materno hasta su ocaso natural.

Imitemos todos las virtudes del Padre Amaro y las del Padre Félix Varela Morales a quien admiraba tanto el gran benefactor de Nuevitas.

Ten siempre presente al Buen Pastor que no vino a ser servido sino a servir y reza para que muchos jóvenes puedan decir como el salmista, la Virgen, el P. Amaro y tú: ¡Aquí estoy para hacer tu voluntad!

 

 

+Juan García Rodríguez

25 de marzo de 2011

Iglesia de Nuevitas

 

 

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