Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

20 de febrero de 2011

Adolescentes y jóvenes alrededor de la Madre

Adolescentes y jóvenes alrededor de la Madre

Por: Pablo M. Marrero Álvarez y Ahmed A. Puig Lamela

 

Camagüey, febrero 19 (10:00 p.m.) En horas de la tarde el secretariado de adolescentes de la Arquidiócesis de Camagüey, convocando a los diferentes grupos de adolescente de esta vicaría, ofrecieron una velada cultural con motivo de la visita de la imagen peregrina de la Virgen de la Caridad. El canto, el teatro, la danza y los audiovisuales junto a los precisos momentos para la oración y la reflexión fueron los medios utilizados por  estos para venerar a la Madre.

 

Significativo, desde el punto de vista de muchos, fue la representación teatral del grupo de la Catedral, por la frescura y energía con que trataron un tema tan difícil para los adolescentes de hoy como lo es la pureza. La velada que tuvo una duración de aproximadamente una hora, la que culminó con la bendición e imposición de manos de cada uno de los adolescentes por el P. José Gabriel Bastián, responsable diocesano de este secretariado. 

 

Tras las huellas de la Virgen

Con este lema que acompaña a la Pastoral Juvenil (PJ) de la diócesis desde la pasada Pascua Joven, la comunidad juvenil de Camagüey iniciaba una velada de oración. Con una representación del grupo de universitarios, jóvenes de diferentes parroquias de la ciudad, el equipo diocesano de PJ y de los asesores se fue desarrollando entre intenciones, cantos, audiovisuales, jaculatorias y Ave Marías un clima de oración que involucró a todas las personas que estaban en el templo.

 

Quizás el momento más emotivo para todos fue cuando el P. Jorge William Hernández, sacerdote jesuita y asesor diocesano de PJ, invitó a los presentes a entonar las notas del himno Nacional y al término de este la agrupación coral, de la parroquia de La Caridad, “ADCOR” entonó el popular canto de veneración. De impresionante pudiéramos calificar esta velada de oración, donde sin lugar a dudas, nuestra Madre se presentó nuevamente como puente y camino, se sentía su presencia, era ella, la que lleva en sus brazos al Salvador.

 

Te damos gracias Virgen de la Caridad, por acoger a nuestros adolescentes y jóvenes entre tus amorosos brazos.

 

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