Comunidad Guayabal, Amancio, Las Tunas. Arquidiócesis de Camagüey: Febrero 2 (10:00 am)
Por: Mahée Vian Pérez Herrera y Alberto Ángel Aquino Rojas
Fueron los pioneros los primeros en aplaudir a la Peregrina, en su visita al costero poblado de Guayabal, tierra de pescadores. Los niños, con mirada inquisitiva, admiraban la belleza de la imagen que muestra a Nuestra Señora, la Virgen María. En el lugar, el padre Rolando Montes de Oca, sacerdote de esta comunidad, ofreció una oración por los pequeños a Dios, a través de la Virgen.
Esperaban, cerca de allí, los que desde temprano se congregaban para venerar a la Madre de Jesús y escuchar la palabra necesaria, por boca de nuestro arzobispo, Mons. Juan García, que al hablar de las madres, expresó: "Una madre vive feliz cuando ve que sus hijos son felices, una madre se alegra cuando sus hijos viven en el amor, pero también una madre sufre mucho cuando sus hijos están tristes."
En un momento de la celebración, Monseñor invitó a los presentes a que mostraran a la Virgen las promesas ofrecidas y un pescador, de apariencia humilde entregó un pescado como agradecimiento a la Madre de todos. "Yo salí temprano a pescar para la Virgen -dijo- ahora cuando ella se vaya, yo salgo a pescar para mí."
En la celebración se encontraba también el padre Alberto Reyes Pías, párroco de la zona.
En el camino de regreso, se realizó una parada imprevista cuando un grupo de obreros de vía y obra, pertenecientes al ferrocarril, salió al encuentro de la caravana.
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