Monte grande Adentro y Monte grande afuera
6 de febrero de 2011
Manuel Padilla
En un gran patio adornado con flores y letreros esperaba un buen número de personas a la Virgen peregrina. Minutos antes de la hora programada llega la Virgen, los devotos corren de todas direcciones y el gran patio se repleta aun más. Cuatro hombres corren para cargar las andas de la Virgen y después la colocan en una elegante mesa y una gran sombrilla sostenida por un seminarista cienfueguero protege del sol la imagen de la virgen.
Los hijos de la Virgen no temen el calor del astro rey. Rezan, cantan, lloran, y lo más significativo: un grupo de hombres se arrodillan sobre la tierra ante la Madre del cielo.
Textos bíblicos, oraciones comunitarias y personales y cantos llenaron las dos horas de la presencia de la Virgen y aplausos, vivas y lágrimas la despiden en su peregrinación a Santa Cruz del Sur.
La Virgen deja un mensaje a sus hijos: hágase presente la Caridad en los corazones, la familia, el pueblo y la Iglesia.
Antes la virgen se detuvo en Monte grande adentro, situado en una carretera interior entre Cuatro Caminos y la carretera Camagüey-Santa Cruz. Apenas vieron el móvil de la Virgen a lo lejos niños, jóvenes, mujeres y hombres corrían hacia la carretera. Un juego de pelota entre Flor de Mayo y Monte Grande Adentro fue suspendido momentáneamente, los peloteros también corrieron a saludar a la Virgen. Sor Isabel, la monja Sanchina rogó a la Virgen que estos muchachos un día hicieran que Camagüey fuera campeón en la pelota, lo cual algunos consideraron imposible.
Una embarazada lloraba a mares delante de la imagen. Todos escucharon Corintios 13, cantaron la historia del hallazgo en las letrillas y en silencio contemplaron a la Madre del cielo.Es la primera vez que llega a estos pobladores el anuncio del evangelio por parte de la Iglesia católica. Demos gracias a la Virgen.
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