Jorge Gonzáles Rodríguez and Juan Carlos Armengol Manzo

5 de febrero de 2011

En Hatuey, toda la noche velando a Cachita

En Hatuey, toda la noche velando a Cachita

 

 

Hatuey, Sibanicú. Camagüey: febrero, 4 (6.00 pm.)

Por: Miguel K. Martínez Companioni

 

El poblado de Hatuey, cercano a Sibanicú y ubicado al suroeste de la diócesis, multiplicó su amor a María a través de su bendita imagen.

Mons. Juan García, arzobispo de Camagüey, hizo referencia en sus palabras al amor incondicional de María a cualquiera que abriera su corazón a ella, y por ella a su hijo. Exhortando a poner sus ojos en María de la Caridad, dijo: "Todo hijo se parece a su madre, cuando uno ve a un niño pequeño siempre ve en su rostro el parecido a su madre, parecido a su padre, nosotros somos los hijos de la Virgen de la Caridad, también tenemos que distinguirnos por la caridad y por el amor, damos gracias a Dios por la caridad que hemos recibido de nuestra madre, que nos amó desde el seno materno. Nuestra madre y nuestro padre se amaron de tal forma que salimos nosotros a la vida desde el seno materno. Si nuestra madre no nos hubiera amado en el seno materno, se hubiera hecho el aborto de nosotros y hoy no estaríamos aquí, damos gracias a nuestra mamá por su caridad… es mejor servir que ser servido, amar que ser amados, cuando uno hace el bien, cuando uno tiene caridad con los demás, cuando uno es disponible con los demás, siente un gozo interior extraordinario…"

La breve celebración se realizó en la entrada de la Iglesia del poblado, donde al final, unos niños de la catequesis declamaron e invitaron a los presentes a escuchar unas oraciones de agradecimiento a María por su presencia.

Un niño de la comunidad, ante la imagen de la Virgen quiso reflejar sus sentimientos a través de un poema que decía así:

Vamos al cobre a ver a Cachita,

a mi Virgencita de la Caridad.

Vamos al Cobre, con ramos de rosas o

de mariposas que para ti serán.

Te quisiste quedar en este bendito suelo,

para darnos el consuelo, como una madre al llegar.

 

Después de estos saludos, el Padre Osvaldo Cambra, sacerdote que atiende esta comunidad, invitó a los presentes a ir pasando por delante de la imagen e ir dejando las flores y las velas en el interior del templo.

 

Esta ha sido hasta ahora una de las comunidades que se ha mantenido en vela toda la noche con el templo abierto.

 

 

 

 

 

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