Por: Miguel K. Martínez Companioni
la presencia de la imagen de Nuestra Madre y Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad, simplemente rompió con la rutina de los pobladores del pueblo de Sibanicú. Todo fue concretándose en una gran fiesta. Lo que comenzó con la presencia del Señor en la Sagrada Eucaristía, terminó con la misma presencia, pero en cada uno de los corazones de los sibanicuenses. Sesenta y cuatro madres recostaron su cabeza hoy con gran tranquilidad. Esto se debe a que sus pequeños de hasta cinco años, pasaron a formar parte de la Iglesia como hijos de Dios con el Bautismo.
Todo fue repitiéndose como en el Evangelio, también aquí la Virgen vino a visitar a su prima Isabel, representada por unas treinta embarazadas que, acompañadas algunas por sus esposos, vinieron a ofrecer el fruto de su vientre, a quien había ofrecido a su Hijo por el bien de toda la Humanidad. El arzobispo, Mons. Juan García, en una breve catequesis, explicó lo que representa ser una madre, y poniendo el ejemplo de María, hizo referencia a todo lo que ella había vivido en su tiempo, y su relación con la actualidad. La imagen partió de Sibanicú, pero muchos aún sienten su presencia.
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